Diferencia entre el cincado y el galvanizado

21 de Febrero de 2022 - Publicado por ItalSF

Dentro de los procesos que se pueden llevar a cabo en metales, el cincado y el galvanizado son de los más importantes. No obstante, se tiende a cometer el error de pensar que son los mismo. Esto no es cierto, debido a que se trata de dos opciones diferentes que aportan un recubrimiento distinto y que tienen sus propias particularidades. A continuación, te vamos a contar lo que tenés que saber sobre el cincado y el galvanizado y sus diferencias.

¿Qué es el cincado?

Lo que se conoce como cincado hace referencia a un proceso de electrodeposición que es similar al cromado. Consiste, básicamente, en la aplicación de una capa de zinc de 5 a 20 micras sobre el metal. El principal objetivo de ello tiene que ver con proteger al metal de la corrosión. El proceso se lleva a cabo en frío y la capa de zinc se usa cuando se requiere de una mejor estética, ya que se logran piezas uniformes y suaves. 
Muchos son los beneficios que se pueden destacar de este procedimiento. Uno de los más importantes tiene que ver con lograr un recubrimiento delgado y uniforme con excelentes terminaciones estéticas. Esto último hace que sea un proceso perfecto para los casos en los que las piezas quedarán colocadas a la vista. Además, las piezas cincadas se adaptan bien a la pintura, lo que aumenta sus posibilidades en cuanto al diseño, a la vez que aumenta mucho más su durabilidad. Y, finalmente, el coste económico del cincado tiende a ser menor que en otros procesos como es el galvanizado.

¿Qué es el galvanizado?

Por su parte, el galvanizado es un proceso que se puede realizar de tres formas: en caliente, al fuego o por inmersión. Se trata, básicamente, de introducir piezas de acero en una solución de zinc fundido a altas temperaturas que pueden llegar a los 450°C. La pieza se introduce hasta alcanzar una cobertura de entre 7 y 42 micras, que es una de las primeras diferencias con el cincado, ya que el recubrimiento en este caso tiende a ser más espeso. Además, en los recubrimientos de alta duración, puede llegar a estar entre 45 y 200 micras. 

Con el galvanizado se alcanza una capa de gran adherencia y también con una importante dureza, resistencia a los golpes y a la corrosión. Es un proceso que se recomienda especialmente para la exposición en ambientes húmedos donde las posibilidades de sufrir los efectos de la corrosión son más altos.

Las principales ventajas del galvanizado tienen que ver con la durabilidad, logrando una duración que se estima entre los 40 y los 100 años en ambientes urbanos y hasta los 100 años en ambientes rurales. También se destaca que no es un proceso que requiera mantenimiento, a la vez que el proceso de galvanizado no es más costoso que la pintura. Los materiales galvanizados pueden ser pintados posteriormente y el recubrimiento que se alcanza es de muy buena resistencia.